miércoles, 21 de abril de 2010

JABON PARA EL LAVAVAJILLAS




ingredientes:


1 litro de aceite usado
500 ml de agua
145 gr de sosa
2 cucharadas de percarbonato sódico( lo venden en el Mercadona)
Yo le eché un chorreón de Fairy, además a ver que tal sale. Eso si el aceite fue de freidora y muy bien coladito para que no haya ningún poso de lo que freimos. Ahora está secandose. Según la receta no hace falta que esté 4 ó 6 semanas, y con 1 vale,dentro de una semana ya os contaré.

LAVANDA Y ARBOL DE TE







Aquí secandose están todos, tengo unas ganas de utilizarlos, solo falta una semana de cura y ya está. Esta receta es de elemn, de mundorecetas.

241gr Ac. Oliva Virgen
240gr Aceite de Ricino360grAceite de Coco
240gr Manteca de Karité
30gr Aceite de Argán
50gr Aceite de Soja396gr Agua154gr Sosa5ml Ae de lavanda
5ml Ae de árbol del té

Sobreengrasado 10% Concentración 28%

Este fue mi 2º intento, aunque creo que me pasé con el colorante. Ya os contaré cuando lo utilice.

Edito:
Efectivamente, me pasé con el colorante, se quedan las manos rosas jejejeje, pero por lo demás muy buen jabón.

JABON PARA AFEITAR ( El 1º)

Esta receta es de una compañera del foro mundorecetas: Xelene
Ingredientes:
70 gr de sosa (NaOH)
180 gr de agua
300 gr de aceite de oliva - espuma estable y un buen acondicionamiento de la piel
100 gr Aceite de coco - proporciona abundante espuma100 gr de manteca de cerdo - estable, cremoso, proporciona dureza.
20 gr Aceite de ricino - hace la espuma densa, cremosa y duradera.
1 cucharada de arcilla blanca, caolín. - es lubricante, protege la piel.
1 cucharada de aceite esencial desinfectante (eucalipto, menta, lavanda, árbol de te...)
Yo eché 2,5 cucharada de arcilla blanca y utilice una mezcla de lavanda y árbol de té.
La verdad es que huele de maravilla, ya veremos como resulta.

CURADO

Curado
Una vez que desmoldamos el jabón hemos de darle un tiempo de curado. Este tiempo dependerá mucho del proceso y del tipo de jabón.En el proceso en frío lo normal es que al desmoldarlo el jabón a uno no esté hecho del todo. Probablemente si lo probamos aun pique. Por esto se deja curar el jabón unos días antes de poder usarlo.Además, durante ese tiempo, ocurre el proceso de secado. El jabón va perdiendo el exceso de agua que contiene hasta quedar en su tamaño y forma definitiva. El tiempo estimado en este caso suelen ser de 4 a 6 semanas. Si se reduce inicialmente la cantidad de agua el proceso puede reducirse a la mitad.O sea, que el curado consiste en la finalización del proceso de saponificación, con su consiguiente disminución del pH, y el secado de las pastillas hasta alcanzar su tamaño y dureza definitivos.En el caso del proceso en caliente el tiempo de secado es menor y teóricamente la saponificación está completada antes de verter en los moldes. Por esto salvo que las pruebas de pH nos digan lo contrario, el jabón en caliente se puede utilizar prácticamente cuando se enfría. No obstante, es normal que se deje secar unos días para que pierda el exceso de agua. Suelen ser unas dos semanas.El jabón de glicerina, si es de fundir y verter, no precisa curado alguno. En cuanto se enfría se puede usar perfectamente y en vez de exponerlo al aire para que se seque, se suele envolver en film transparente precisamente para que no lo haga.Para curar el jabón es conveniente colocarlo sobre una rejilla (preferiblemente de metal forrado para no dejar en contacto el jabón directamente con el metal) a fin de que le de el máximo aire posible para acelerar el secado. Es conveniente irlo girando, cambiando de lado para que el secado sea uniforme. Se puede acelerar el proceso de secado metiendo el jabón en el horno, a 60ºC como máximo para que no pierda la forma, durante unas horas.En mi opinión el buen jabón, como el buen vino, cuanto más tiempo tenga mejor.
(texto obtenido de www.mendrulandia.es)

GELIFICACION

Gelificación
Llamamos gelificación al estado de gel y de aspecto translúcido que alcanza el jabón. Se produce en el momento de la saponificación si se da con la suficiente temperatura. Una vez cristalizado, el jabón puede volverse a fundir al estado semilíquido de gel pero no alcanzará la translucidez del momento de gelificación.Se puede evitar el paso por el estado de gel no dejando que la masa alcance la temperatura necesaria. Para ello se puede partir de ingredientes muy fríos y moldes poco aislantes o incluso dejando el jabón solidificar en la nevera.Hay partidarios de la saponificación con gelificación y detractores. El que se produzca la gelificación suele hacer que el jabón saponifique completamente en menos tiempo y esto hace que los ingredientes delicados al pH alto del álcali sufran menos. También hace que los colores resulten más vivos y homogéneos. La parte negativa es que en el interior del jabón, por el exceso de temperatura, se produzcan pequeñas burbujas que perjudican la textura del jabón. Además, cuando un jabón contiene bastante aceite de ricino, si gelifica no llega a alcanzar la suficiente dureza. Jabones no gelificados suelen tener un aspecto más suave. Además, si la gelificación no es total, pueden aparecer cambios de color que estropean el aspecto. En los moldes pequeños no se puede conseguir una buena gelificación a no ser que se metan en el horno. La de la imagen es una gelificación completa que en casos muy exagerados suele generar jabones un poco blandos y translucidos.
(texto obtenido de www.mendrulandia.es)

TRAZA

Traza
Fíjate tú que tontería la traza. Se denomina así al momento en el cual la masa mezclada del jabón deja una traza o surco por donde pasa la pala o cuchara con la que removemos. Es un momento en el cual parte del aceite está ya saponificado y sirve como emulsionador del resto de la mezcla. Es en ese momento cuando debemos añadir ciertos ingredientes que, ya sea por su sensibilidad o por su tendencia a la separación, no se deben añadir antes. En la traza se suelen poner los aceites esenciales. Cuando el jabón está "trazado" ya sabemos que lo podemos verter en los moldes sin miedo a la separación de los ingredientes.Hay veces, sobre todo debido a la temperatura pero también con determinados ingredientes, que la traza pasa en un plis. De tener el jabón líquido se pasa a tener una pasta impracticable. Esto obviamente dificulta muchísimo el moldeado y perjudica el aspecto final del jabón.Existe también un concepto denominado falsa traza que consiste en un estado de apariencia similar a la traza pero que acaba separándose. En ese caso hay que volver a mezclar para que vuelva a emulsionar la masa.
(texto obtenido de www.mendrulandia.es)

SAPONIZACION

Saponificación
Se entiende por saponificación la reacción que produce la formación de jabones. La principal causa es la disociación de las grasas en un medio alcalino, separándose glicerina y ácidos grasos. Estos últimos se asocian inmediatamente con los álcalis constituyendo las sales sódicas de los ácidos grasos: el jabón. Esta reacción se denomina también desdoblamiento hidrolítico.En resumidas cuentas, al unir una grasa, que está constituida por triglicéridos, a una solución alcalina, constituida por agua y sosa cáustica, los triglicéridos se separan en una molécula de glicerina y tres cadenas de ácidos grasos. Estos se unen rápidamente a una molécula de sodio y constituyen el jabón, dejando en su interior la glicerina restante.Y dicho de otro modo, saponificación es la producción de jabón a partir de grasas y álcali.Me olvidaba, la de saponificación es una reacción exotérmica lo que significa que produce calor. Cuanta más cantidad de jabón hay, más caliente se pone, sobre todo en el centro. Este calentamiento puede producir la gelificación.Información muy detallada sobre la constitución y efectos de las grasas.
(texto obtenido de www.mendrulandia.es)

SOBREENGRASADO

Sobreengrasado
Para hacer el jabón utilizamos aceite, sosa cáustica (también llamado hidróxido sódico) y agua. La cantidad de sosa cáustica va en función de la cantidad y el tipo de aceite que usemos. Cada aceite, dependiendo de su composición, tiene un índice de saponificación diferente. Este índice expresa la precisamente la cantidad de álcali que debemos utilizar para la completa saponificación del aceite. Por ejemplo, el aceite de oliva tiene un índice de saponificación de 190, lo que significa que para saponificar un kilo de aceite de oliva hacen falta 190 gramos de potasa cáustica. La potasa cáustica, que también se denomina hidróxido potásico, se simboliza KOH. Como el peso molecular del hidróxido potásico es superior al del hidróxido sódico en 1.4025 veces, para calcular el índice de saponificación con sosa dividiremos 190/1.4025 que nos da una cantidad aproximada de 135. Y esto significa que para saponificar completamente un kilo de aceite de oliva hacen falta 135 gramos de sosa cáustica.Ahora bien, el concepto sobreengrasado significa que a ese mismo kilo de aceite le ponemos menos cantidad de sosa con lo que una parte del aceite no quede saponificado. Con esto conseguimos, por una parte garantizar que no existe exceso de sosa en el jabón, y por otra mayor suavidad y emoliencia de éste.El sobreengrasado se suele expresar en tanto por ciento, por lo que un sobreengrasado de 1% significa que aproximadamente el 1% del aceite no se saponifica porque dejamos de poner el 1% de sosa. Así si eran 135, el 1% sería 1.3, por lo tendríamos que usar 133.7 gramos de sosa. Para un sobreengrasado del 10% restaríamos a la cantidad 13.5, con lo que nos quedarían 121.5 gramos de sosa.El sobreengrasado implica también un riesgo. Al haber parte del aceite no saponificado, éste tiene posibilidad de estropearse. Si además el aceite es especialmente delicado, mayor es el riesgo. Se puede reducir el riesgo de enranciamiento si añadimos vitamina E.Además de emoliencia el sobreengrasado proporciona mayor cantidad de espuma si es bajo y menor si es muy alto. Repercute directamente sobre la dureza del jabón haciéndose más blando y soluble cuanto más alto sea.
(texto obtenido de www.mendrulandia.es)

CONCENTRACION

Concentración
Cuando hablamos de concentración, lo estamos haciendo sobre la cantidad de agua que lleva un jabón. En realidad hablamos de la concentración de la lejía que se forma al juntar la sosa (o la potasa) cáustica con el agua. Así una concentración del 50% indica que en la lejía la mitad del peso es agua y la otra es álcali. Una lejía del 33% de concentración tiene el 33% de álcali diluido en el 67% de agua. Es decir 2 veces más de agua que de álcali. Un 25% tiene 3 veces más de agua que de álcali y así para todos los porcentajes posibles.Implícitamente en esta explicación estamos hablando también de proporción que es otra forma de determinar la cantidad de agua. Si hablamos del 50% estamos diciendo que la proporción es de 1:1, si es del 33% es de 1:2 y si hablamos del 25% es de 1:3, dónde se indica que por cada parte de álcali (primer término) hay otras partes de agua (segundo término).Ahora, otra cuestión diferente es la cantidad de agua, ya sea medida como concentración o como proporción, que queremos usar. Cuando la mezcla de aceites tiene un predominio de aceites duros conviene que la concentración sea menor y al revés en el caso de los aceites blandos. Hay también técnicas como el DWCP que requieren concentraciónes mayores de lejía.
(texto obtenido de www.mendrulandia.es)

PROCESO EN FRIO

Proceso en frío
Se denomina así a la elaboración de jabón sin fuente calorífica externa. Se parte de unas grasas a una temperatura baja y éstas, debido a la reacción de la saponificación, experimentan un aumento de temperatura que puede llevar al jabón a la fase de gelificación. Este procedimiento lo utilizaremos para elaborar jabones duros de hidróxido sódico o sosa cáustica.Antes que nada debemos dar un repaso a las medidas de seguridad.Para realizar un jabón mediante el proceso en frío lo primero que tenemos que preparar es la lejía. Esta se obtiene mediante la mezcla de agua y sosa. Pesamos cuidadosamente la sosa en un recipiente y el agua en otro y añadimos el primero poco a poco sobre el segundo, removiendo lentamente con cuidado de no salpicar.El agua alcanzará gran temperatura en cuestión de segundos. Es por esto importante que la temperatura de partida del agua sea baja ya que si está caliente puede llegar a hervir y salpicar la lejía. Incluso, si queremos que no suba mucho la temperatura, podemos congelar en cubitos previamente el agua. Una vez mezclados, la lejía tiene un aspecto blanquecino un poco turbio. La dejamos reposar hasta que se vuelva totalmente transparente.Mientras, podemos ir derritiendo los aceites duros en una olla al fuego o en un recipiente de vidrio en el microondas. Una vez derretidos los mezclamos poco a poco y removiendo con los aceites blandos, para que la baja temperatura de estos últimos no haga solidificar a los primeros. Si hay algún aceite especialmente delicado debemos reservarlo y no mezclarlo aun con el resto de las grasas. Una vez bien mezclados los aceites y considerando que tanto estos como la lejía no deben de estar a más de 40ºC, mezclamos poco a poco ambos añadiendo la lejía sobre los aceites mientras removemos suavemente. Cuando lo hemos mezclado todo, batimos la mezcla con la batidora de mano a velocidad muy lenta. Antes de accionar la batidora tenemos que sumergirla bien en la masa y asegurarnos de que no va a salpicar. Batimos hasta que queden todos los ingredientes bien emulsionados, en varias ocasiones hasta que alcancemos el punto de traza. Esto tardará más o menos dependiendo de los ingredientes. En este momento sacamos la batidora y añadimos el aceite que habíamos reservado, incorporándolo a la masa mientras mezclamos con la espátula o cuchara. Del mismo modo añadimos los aceites esenciales.Una vez que todo esté bien mezclado y la masa resulte completamente homogénea la vertemos en los moldes. Si queremos que el jabón gelifique aislamos el molde tapándolo con mantas o toallas.En las 24 a 48 siguientes el jabón solidificará. Una vez que estemos seguros de que no se deforma al tocarlo procedemos a su desmoldado y, si es el caso, su corte.Ya solo hay que dejarlo curar de 4 a 6 semanas antes de usarlo y es aquí donde el jabonero se enfrenta a su impaciencia.
(texto obtenido de www.mendrulandia.es)

Sosa cáustica

Al menos en España solemos llamar lejía al hipoclorito sódico pero cuando hablamos de lejía y de jabones nos estamos siempre refiriendo a la solución de sosa o potasa cáusticas. La lejía cáustica es el ingrediente peligroso de la elaboración del jabón. Puede producir quemaduras si entra en contacto con la piel. Por esto hay que protegerse con guantes y con gafas cuando la manipulamos. Por eso es conveniente ver antes las normas básicas de seguridad.Cuando mezclamos el agua y el álcali (que es como se denominan genéricamente) se produce calor por la reacción. Por eso es conveniente que el agua utilizada esté fría. También es conveniente que vertamos la el álcali sobre el agua ya que de hacerlo al revés puede hervir violentamente y saltar.Cuando se mezclan, la solución queda turbia y blanquecina. Para poderla usar es conveniente dejarla reposar hasta que se vuelva totalmente transparente.El agua debe ser destilada para que diluya completamente el álcali. El álcali debe de ser lo más puro posible y al diluirse no sedimentar.Si se hace la mezcla y no se usa hay que guardarla bien cerrada, correctamente etiquetada y mantenerla lejos del alcance de los niños y mascotas.Para evitar que el jabón solidifique demasiado deprisa es conveniente usarla fría. Hay corrientes no obstante, que recomiendan que la lejía y los aceites deben de tener la misma temperatura. En función de la concentración que tenga la lejía ésta tendrá mayor o menor proporción de álcali con respecto al agua.
(texto obtenido de www.mendrulandia.es)

ANTE TODO SEGURIDAD

Medidas de seguridad
Muy importante
Lo más importante a tener en cuenta es la peligrosidad de la sosa cáustica o de la potasa cáustica. Ambos ingredientes son peligrosos y hay que mantenerlos fuera del alcance de los niños y de los animales. Cuando se mezclan con el agua se produce la lejía que al contacto con la piel puede producir quemaduras químicas importantes y en los ojos ya ni te cuento. Siguiendo las simples indicaciones que vienen a continuación el riesgo es mínimo pero aun así no me hago responsable del mal uso que podáis dar a estas instrucciones.Una vez que la lejía cáustica entra en contacto con las grasas se disocia el álcali y se asocia el sodio o el potasio produciéndose el jabón que ya no es un componente peligroso para la piel. El cálculo correcto de la lejía necesaria para saponificar las grasas también es un factor importante ya que un exceso de lejía supondría un residuo cáustico en el jabón resultante.Debemos protegernos mientras manipulamos los álcalis con unas gafas para evitar salpicaduras en los ojos y con unos guantes para evitar el contacto con las manos. Es conveniente proteger la ropa con un delantal ya que las salpicaduras de la lejía cáustica la estropean. Es muy recomendable mezclar el agua con el álcali en un lugar a aire libre o en su defecto bajo una campana extractora. Una mascarilla también impedirá que respiremos los gases que emana el calor de la reacción.En general si además llevamos ropas con mangas largas, pantalones largos y calzado cerrado limitaremos mucho la posibilidad de contacto de la lejía con la piel. Lo más peligroso de todo este asunto es cuando batimos la masa con la batidora. Es en ese momento cuando más fácil es que se produzcan salpicaduras y por eso ahí debemos extremar la precaución. Manteniendo bien sumergida la batidora antes de pulsar el botón reducimos el riesgo.En caso de contacto con la lejía o con la masa del jabón sin saponificar hay que lavar con abundante agua varias veces. En caso de contacto con los ojos hay que lavar abundantemente durante unos minutos y acudir inmediatamente al médico.La manipulación de lejías cáusticas no es un juego de niños. En caso de querer mostrarles como se hace el jabón, siempre debe de ser con la supervisión de un adulto responsable.Todas estas advertencias son para mostrar el peligro real que entraña la lejía cáustica pero con un uso racional, cuidadoso y ordenado no tiene porqué entrañar verdadero riesgo.Otro factor a tener en cuenta son los aceites esenciales. Algunos de ellos son bastante corrosivos. No tan peligrosos como los álcalis pero si lo suficiente como para tener que evitar el contacto directo con la piel y si se produjese ese contacto hay que lavar también abundantemente. Otro peligro que entrañan es el derrame. Ahí más que nada es el residuo oloroso que en algunos casos puede durar muchos días y, aun siendo de un buen olor, ser bastante desagradable.También para casos especiales podemos usar disolventes como el alcohol o el propilenglicol u otros ingredientes en general, en cuyo caso hay que tener siempre en cuenta toda la información de seguridad que aportan tanto sobre su almacenaje como de su manipulación.Si ya tienes puestas las gafas, los guantes, la mascarilla y el delantal ya puedes empezar a hacer jabón. Invierte en seguridad y ahorrarás disgustos.
(texto recogido de www.mendrulandia.es)

PORQUE

Creo este blog con la inteción de mostraros los jabones que voy a hacer. Me gustaría hacer de glicerina, sosa y alguna cremita y loción, más que nada porque me encanta hacer todo este tipo de cosas y cuando me da por algo... investigo todo lo que puedo y me va picando la curiosidad y sigo, sigo, sigo...
Gracias por compartir conmigo este ratito y espero poder ayudaros en mi corta experiencia pero con muchas ganas y aprendiendo mucho de mis compañeras jaboniles que nos muestran sus experimentos y demás.
Aquí intentaré daros la receta que utilizaré por si quereis hacerla alguien, seguramente la haya sido copiada de mis compañeras del foro mundorecetas, gracias a todas ellas por compartirlas.